No necesito amigos que cambien cuando yo cambio y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor. Plutarco
Vaya por delante que del XXXVIII Congreso del PSOE nadie podía esperar cambio alguno dado el perfil de quienes pretendían liderarlo, para cambiar no solo es precisa la intención sino la propia capacidad, y tampoco cabía confiar mucho en quienes les jaleaban haciendo caso omiso al sabio consejo de Plutarco que da comienzo a este artículo y que viene que ni pintado a las sombras de Rubalcaba y Chacón.
Quizás no eran tiempos de mudanza sino de reflexión, y el verdadero cambio haya sido pospuesto para mejores tiempos y circunstancias pero toda la parafernalia propagandística escasamente ha sido capaz de ocultar que Rubalcaba no era más que una vuelta a los cuarteles de invierno a “lamerse las heridas” a la espera de mejor oportunidad sin destruir lo poco que queda del proyecto socialista, y Chacón la representante más genuina de los responsables, o irresponsables, de la debacle. Sigue leyendo